Alaior se define a sí misma como ciudad industrial y universitaria. Ser sede de la extensión universitaria de la UIB en Menorca ha hecho de esta población, con una destacada industria lechera y quesera, una ciudad joven y dinámica. Conocida es también la maestría de los pasteleros alaiorenses, que de generación en generación han heredado el arte y la creatividad en los dulces. De Alaior salieron, por ejemplo, los famosos helados La Menorquina. Alaior creció alrededor de dos iglesias: la de San Diego y Santa Eulalia, recientemente restaurada, con su coqueto patio de naranjos. No menos interesante es la visita al claustro que lleva el sugerente nombre de El Pati de Sa Lluna.